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jueves, 12 de abril de 2007

COMO GANAR AMIGOS E INFLUIR SOBRE LA GENTE (2ª PARTE)

El otro día hablábamos en el post sobre la primera de las tres reglas de Dale Carnegie para tratar a los demás. Ahora es el turno de hablar de las dos últimas.

Regla 2 : Demuestre aprecio honrado y sincero.
Todos tenemos un radar especial para detectar rápidamente a los llamados "pelotas" o aduladores. En cuanto estamos en una posición importante o gozamos de buena reputación, en seguida aparecen como setas personas que alaban cada acción que hacemos, nos dicen lo maravillosos que somos. Desde luego ese no es un aprecio ni honrado ni sincero.

Para conseguir que alguien haga algo tenemos que lograr que esa persona quiera hacerlo. Una buena manera de conseguirlo es haciendo que el otro se sienta importante, tratar de pensar en las buenas cualidades del otro. Es necesario dejar de pensar constantemente en uno mismo, en nuestras necesidades, nuestras propias metas exclusivamente. Para crear un verdadero espíritu de colaboración tanto con los trabajadores como con todas las personas con las que nos relacionamos en el trabajo (y también fuera) es mostrándoles nuestro aprecio y apoyo. ¿Cómo lograrlo? Hay que afinar nuestra capacidad de observación para encontrar los rasgos positivos en los demás.Parafraseando un famoso anuncio de detergentes: " El criticar se va a acabar". Tenemos que decir no a las críticas continuas, evitar el subrayar los defectos, al contrario si algo nos gusta no debemos callarnos sino hacérselo saber a los demás. Con esta actitud veremos como conseguimos que los demás trabajen más a gusto.

La tercera regla es: Despierte en los demás un deseo vehemente.
Para influir sobre los demás tenemos que hablar acerca de lo que las personas quieren y mostrarles cómo conseguirlo.Todos tenemos necesidades y éstas son lo que más nos importan.

Siempre que queremos comunicar tenemos que ponernos en el lugar del otro, hablar de forma que nos entiendan y con los términos más adecuados para llegar a los demás.

Las personas no queremos comprar nada sino que nos ayuden a resolver nuestros problemas. Estamos siempre dispuestos a escuchar si nos muestran cómo conseguir lo que queremos. Por ello como empresarias tenemos que proporcionar a los demás una lista completa de todas las ventajas y hablar con todo el entusiasmo.

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