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martes, 20 de marzo de 2007

EN BUSCA DE LA FELICIDAD


En busca de la felicidad es el título de la última película protagonizada por Will Smith, por la que ha sido candidato al Oscar al Mejor Actor y su hijo Jaden. La vi justamente ayer, que era el día del padre y en este drama tiene una gran importancia la estrecha relación entre padre e hijo. Se trata de una historia de superación personal y de amor paternal.

La película está basada en la historia real de Chris Gardner, el dueño y presidente de Christopher Gardner International Holdings, empresa con oficinas en Nueva York, Chicago y San Francisco. A pesar de que sus empresas son multimillonarias hoy en día, sus comienzos fueron más que modestos.

El largometraje está basado en su autobiografía, titulada The Pursuit of Happyness que publicó en Octubre del 2006 y fue todo un superventas.

Chris Gardner es todo un ejemplo de lo que puede conseguir el ser humano si lucha por sus sueños,trabaja duramente y aprovecha sus oportunidades. Fue criado por su madre soltera y en ocasiones tuvo que estar en hogares de acogida pero su madre Bettie Jean Gardner le inculcó la idea de que a pesar de donde provenía, él podría conseguir lo que quisiera. Esas ideas le acompañaron toda su vida.También en el periodo difícil que relata la película en el que a pesar de trabajar duro como vendedor se quedó sin casa, la esposa le abandonó y se encargó de la crianza de su hijo de 5 años.

Un momento de inflexión fue cuando se encontró con Bob Bridges que le deslumbró con su Ferrari y su elegancia.Al enterarse de que podía ganar dinero si se dedicaba a ser corredor de Bolsa, logró conseguir una plaza de becario en prácticas (sin remuneración) durante 6 meses en Dean Witter Reynolds (hoy en día fusionada con Morgan Stanley) en San Francisco.Todo eso aunque sólo tenía el título de bachillerato. Durante todas las prácticas tuvo que luchar para encontrar alojamiento en albergues, buscar guardería para su hijo y estudiar a fondo para ser el único becario que conseguiría un puesto de trabajo. Finalmente a pesar de las circunstancias adversas, logró permanecer junto a su hijo, transmitiéndole valores tan importantes como que no permitiera que nadie le dijera si podía o no conseguir sus sueños, que luchara por ellos. El año 1981 fue el único becario que consiguió un contrato y tras varios años trabajando para otros fundó su propia empresa en 1987, Gardner Rich.

Colabora activamente en programas de ayuda a la comunidad, a la Iglesia Metodista de San Francisco que le ayudó en esa época y con numerosas obras sociales donando ropa, zapatos, ofreciendo trabajo e incluso con su tiempo, dando charlas de motivación.

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